Soy Fernanda, tengo 29 años y soy de Tijuana viviendo en Hermosillo desde hace casi 3 años. Soy educadora y mamá de Sofía de 1 año 9 meses y de Andrea de 6 meses.
Decidí escribir sobre este tema porque me he topado con muchas mamás que se preocupan demasiado por cómo se ven hacia los demás o bien, todo lo contrario, no tienen ninguna preocupación por arreglarse ya que están tan adentradas en su maternidad y se olvidan de ellas mismas, que aclaro no tiene nada de malo y es el punto que quiero tocar.
Cuando nació Sofía (mi primer hija) me olvidé un poco de mí y de mi apariencia física. Podía durar semanas con bigote, las uñas descuidadas y ni hablar de la depilación. Y se, que en gran mayoría somos muchas a las que nos pasa, pues es realmente el momento de nuestros hijos que han llegado a este mundo y estamos en proceso de adaptación madre-hijo.
A los 5 meses de que nació Sofía yo ya estaba haciendo ejercicio y regresando poco a poco a mi peso y figura antes del embarazo. Un día con nauseas y mareo tuve que parar el entrenamiento para salir corriendo y comprar una prueba de embarazo y claro que no pude aguantar me la hice en el baño del GYM. Oh sorpresa salió positiva! ¿Se imaginan que sentí cuando por fin me sentía más delgada y casi llegando a mis metas sobre mi físico? . En ese momento claro que me emocioné pero al mismo tiempo pensé en que todo ese esfuerzo de meses y días haciendo ejercicio se habían terminado. Muy contenta le di la noticia a mi esposo pero con esa cosquillita por dentro de que otra vez tenía que pasar por 9 meses de embarazo y unos 12 kgs como mínimo de nuevo.
Si has leído hasta aquí pensarás que soy de esas mujeres súper arregladas, skinny, fit, etc, etc. Pues no, cero y no es a lo que quiero llegar. El punto es que la maternidad es lo más hermoso que me ha pasado y no lo cambiaría por nada, no quiero ser la mamá modelo que se preocupe más por su apariencia que por su familia. Además que en mi situación fueron 9 meses de embarazo por 2 y meses de post-parto (haz la cuenta) ya después de eso poco a poco he podido integrarme a una alimentación balanceada y a hacer ejercicio cuando puedo.
Lo que si creo es que el cuidado de nuestro aspecto físico no está peleado con nuestra maternidad, y muchas veces creemos que otras mamás tienen su vida perfecta al verlas en taconadas, con pestaña y bien perfumadas. Sí, la maternidad nos hace olvidarnos un poco o mucho de nosotras, nos hace aguantarnos las ganas de ir al baño por muchas horas, nos hace bañarnos a las 5 de la tarde si bien nos va y ponernos la ropa que primero que se nos cruce enfrente.
A todas nos gusta sentirnos bonitas y por eso quiero invitarte a que cada vez que tengas oportunidad date un tiempo para cuidarte a ti. Es cuestión de organizarnos y saber con quién dejamos a nuestros bebés para aunque sea ir al manicure 1 hora o meternos a bañar con la tranquilidad del mundo y arreglarnos a nuestro ritmos. Atrévete a hacerlo, tus hijos estarán bien cuidados y te aseguro que tú te sentirás mucho mejor contigo misma y por lo tanto con tus hijos y familia.
Y como en todo, nada en exceso es bueno, esta bien que nos preocupemos por nuestro físico y nos demos tiempo de consentirnos nos lo merecemos ¿o no?