A más de un año que descubrí el mejor rol que me tocó desempeñar “ser mamá”
Desde muy chica ser mamá siempre fue uno de mis mayores anhelos, pero como bien se dice “todo a su tiempo”.
Fue en Noviembre del 2016 que supe que estaba embarazada, y como toda mujer estaba súper feliz y emocionada, experimenté muchos sentimientos encontrados; me dispuse a preparar todo para darle la sorpresa a Gera; mandé a hacer unas playeritas de “regalo de navidad” y me tardé como 5 días en preparar todo hasta que llegó el día. Le di la sorpresa y no lo podía creer “¡Iba a ser papá!” (aún me acuerdo y lloro). Después preparamos todo para decirle a las abuelas… ¿Qué les puedo decir? Ellas felices y entre lágrimas nos compartieron estar muy contentas por el bebé que venía en camino.
A lo largo del embarazo tuvimos muchas altas y bajas. A la semana que supe que estaba embarazada tuve una amenaza de aborto y tuve que estar en reposo absoluto, pasó otra semana y tuve otra amenaza… en sí fueron dos seguidas. Al principio te desconciertas mucho y sientes mucha frustración, pues como mujer te empiezas a cuestionar sobre si en verdad estás haciendo lo correcto (cuando por supuesto haces todo lo que te dice tu doctor).
Pasaron los meses y alrededor de las semanas 20-o 23 empecé a sentir piquetitos y nuevamente me mandaron a reposo , fue a partir de ahí que nos comentaron que el líquido amniótico estaba por debajo del límite. El diagnóstico fue Oligohidramios. Hay muchos factores por los cuales me pudo haber tocado, pero a partir de ahí me tuvieron que inyectar cada 3 días hierro (ya se imaginarán el dolor), tuve que comer lo más sano y rico en hierro, fue para la semana 34 cuando nos asustamos tanto , la doctora con la que iba recuerdo textual que dijo “tengo que sacarte a ese bebé, ahí adentro nadie le puede ayudar, pero aquí afuera si”… Gera y yo estábamos muy preocupados; ante esta situación tener un parto natural estaba totalmente descartado (cabe destacar que siempre quise tener un parto natural pero ante esta situación no pondría la vida de mi bebé en riesgo), tendría que ser cesárea.
Después de platicar decidimos buscar una segunda opinión, acudimos con otro doctor y acordamos estar monitoreando el líquido cada semana, y así fue como llegamos a la semana 38, un parto programado.
Recuerdo que esa mañana 11 de agosto 2017 estuvimos viendo la tele, acostados muy tranquilos, sabíamos que todo estaría bien y por fin tendríamos a nuestro bebe en casa, estábamos ansiosos. Fue una larga espera y por fin llegó el día.
Geyita nació el viernes 11 de agosto 2017 a las 4:30 pm, un niño totalmente sano, lleno de luz y energía, un bebé que cambió totalmente nuestra vida, tan amado y deseado que llegó en el momento indicado.
Al día de hoy agradezco infinitamente a DIOS por prestarme a este angelito que todos los días me enseña algo nuevo, porque a pesar de esas noches pesadas y los momentos de enfermedad, siempre, siempre me recibe con una sonrisa de oreja a oreja que vale la pena todo.